El sujeto es la parte de la oración que designa a una persona o una entidad que hace, experimenta o siente algo, es decir, el punto que ejecuta o sobre el que recae una batalla. Por ejemplo:
El Padre Nuestro comienza con las palabras "Padre nuestro que estás en los cielos". Estas palabras nos recuerdan la relación íntima que tenemos con Dios como nuestros padres y cómo Él está presente en nuestras vidas. Esto nos invita a acercarnos a Dios con confianza y amor filial.
Es un momento de conexión espiritual en el cual nos acercamos a Dios y compartimos nuestra vida con él.
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Padre ayúdalo a tener una fe inquebrantable a pesar de las dificultades por las que esta atravesando y que aunque los exámenes médicos digan cosas malas, él permanezca en la Seguridad de tu amado hijo, creyendo que tu eres capaz de sanarlo.
«et in terra pax hominibus bonae voluntatis»: «y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad». Esta frase deje de la paz que Dios ofrece a aquellos que tienen buena voluntad y que buscan seguir su camino.
Que en su ternura, sea fortalecido, en las pruebas y angustias que él me llame a existir para ser siempre declaración de su presencia en mi vida.
Padre, te suplico que le des a mi amiga la sensación de tu presencia sanadora y reconfortante. No permitas que se desespere ante la incertidumbre de su enfermedad. Otorga sabiduría a los médicos para que realicen los exámenes necesarios y puedan iniciar un tratamiento efectivo.
El predicado: en esta parte de la oración el núcleo es el verbo, por lo que va a estar formada por un sintagma verbal. En ella se muestran las acciones o ideas que se encuentran relacionadas con el sujeto.
«Benedicimus te»: «Te bendecimos». Esta es una expresión de obligación y agradecimiento por las bendiciones que Dios nos ha cubo.
«Quien reza his comment is here no deja nunca el mundo a sus espaldas. Si la oración no recoge las alegríGanador y los dolores, las esperanzas y las angustias de la humanidad, se convierte en una actividad “decorativa”, una actitud superficial, de teatro, una ademán intimista»
De cada día implica que debemos pedirle a Dios que provea nuestras micción diariamente. Esto nos recuerda que debemos dejarlo en dios en Él y vivir el presente, sin preocuparnos excesivamente por el futuro.
Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, cero gano con eso.
«Rezar es dejar que Dios nos mire por dentro –es Dios el que me mira cuando rezo–, sin fingimientos, sin excusas, sin justificaciones»